Durante seis meses estuvieron en India aprendiendo a construir sistemas fotovoltaicos con los que ahora comenzarán a iluminar las casas de sus remotos pueblos en Tarapacá y La Araucanía.

Vestidas con sus trajes típicos, Isabel Caripán, Silvia Huarachi, Sunilda Flores y Sussana García llegan a la Embajada de la India en Santiago de Chile. Acaban de aterrizar de un largo viaje desde Tilonia, en Rajastán, India, después de seis meses de aprendizaje intensivo durante los cuales se convirtieron en “mamas solares” o ingenieras solares.

Con el apoyo de Enersa, una empresa chilena de energías renovables no convencionales, las cuatro mamas solares chilenas fueron becadas por el Programa de Cooperación Técnica y Económica de la India (ITEC, por sus siglas en inglés) para seguir un curso de energía solar fotovoltaica en Barefoot College, un instituto que lo imparte solo a mujeres de zonas rurales de todo el planeta que no cuentan con acceso a electricidad.

Ellas y sus 34 compañeras de 14 países tienen por misión llevar lo aprendido de vuelta a sus comunidades e iluminarlas con energía solar.

“Lo primero que aprendimos fueron los valores y los pesos de cada resistencia. Al principio nos quemábamos los dedos desoldando aparatos que ya estaban armados, porque se trabaja mucho reciclando piezas”, dice Isabel.

“Tenemos que armar un comité de 7 a 8 personas, donde la mayoría sean mujeres, porque este es un trabajo más de mujer”, precisa Susana. Su misión será implementar la instalación y fabricación de los sistemas fotovoltaicos y transferir sus conocimientos.

Fuente: El Mercurio